Carta de un adulto disléxico:
«Quizá acabas de aprender que tienes dislexia, o ya los sabías, ya te hicieron los estudios en tu niñez, y es ahora que comienzas a comprender cómo el diagnóstico da luz a tus frustraciones más profundas respecto al aprendizaje. Te escribo esta carta un poco queriendo regresar en el tiempo a un versión mía más joven, para compartir algunos insghts que me ahorrarían mucha confusión, dolor, y oportunida pérdidas. No existen máquinas de tiempo, pero si el compartir experiencias.»