La mejor manera de abordar la dislexia es prevenir las dificultades que presenta. Eso significa trabajar la habilidades lectoescritoras como, por ejemplo, la conciencia fonológica. Sin embargo, tenemos un sistema que prefiere esperar al fracaso en vez de realizar una intervención temprana.
El profesional más adecuado para ofrecer el tratamiento necesario es un logopeda. Este tratamiento debe ser aplicado desde las primeras señales de dificultades y, además, ser frecuente y constante; algo que supone una inversión considerable para las familias afectadas, algo que muchas de ellas no se lo pueden permitir.
Pero aunque la desigualdad de esta situación es evidente (dejando atrás a niños sin recursos) el alumnado con dislexia y TDAH está excluido de las becas al estudio porque el Gobierno requiere que se aporta un certificado de 33% de discapacidad. La dislexia NO es una discapacidad.
Por eso, nuestros compañeros en la Asociación Catalana de Dislexia (ACD) lanzaron una campaña el pasado 2 de febrero pidiendo al Gobierno que abandonen este requisito. Una campaña a la que se han unido todas las asociaciones de la Plataforma Dislexia. Si el Gobierno no responde, les aseguramos de que las espantosas tasas de abandono escolar temprano van a seguir siendo unas de las peores en Europa.
Según la Unión Europea, «el abandono escolar está vinculado al desempleo, la exclusión social, la pobreza y una mala salud.» Entre los motivos por este abandono se encuentran las dificultades de aprendizaje.
¿Cuál sería el coste de este desempleo, la exclusión social, la pobreza y una mala salud? ¿Realmente merece la pena ahorrar ahora para tener que gastar más tarde? ¿No sería mejor una política de prevención y de intervención ahora?
Según un informe publicado en Noviembre 2013 de un Grupo de Trabajo sobre al Abandono Escolar Temprano, lo que se necesita (entre otras cosas) son:
- Sistemas de alerta temprano que son efectivos y basados en evidencia
- Enfoque en las necesidades del individuo
- Estructuras de apoyo sistemáticas
- Actividades extra-escolares
- Apoyo al profesorado
- Empoderar a las familias
Dado que el sistema educativo actual de 2021 (8 años después de que se publicaron estas recomendaciones) no tiene la capacidad de abordar las necesidades de nuestros hijos, pedimos becas para facilitar un enfoque en las necesidades del individuo, para empoderar a las familias y para facilitar las actividades extra-escolares (atención logopedica temprana) que los niños con dislexia necesitan.
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